2.9 MANEJO AMBIENTAL DEL PAISAJE

OBJETIVO

 

TEMPORALIDAD

 

IMPACTOS A MITIGAR

 

CRITERIOS AMBIENTALES DE MANEJO

El paisaje, entendido como la expresión física de los ecosistemas, está sometido de manera permanente a cambios en su modelado y en sus elementos perceptibles, por la influencia de factores naturales relacionados con procesos geoquímicos y biogeoquímicos. Sin embargo, las modificaciones más drásticas del paisaje, por la celeridad con que pueden ser producidos, son las inducidas por actividades humanas y, con mayor razón, cuando se trata de explotaciones de carbón a cielo abierto, ya que éstas producen alteraciones estructurales y funcionales en los ecosistemas en donde se encuentran los depósitos del mineral.

El entendimiento de esa supraestructura que constituye el paisaje, concebido como un todo armónico, requiere tanto de conocimientos (ciencia) como de sensibilidad. El primero facilita el entendimiento de los componentes estructurales del paisaje, así como de su génesis y ordenamiento natural, para producir aquellas expresiones físicas representadas en geoformas, ríos, bosques, praderas, etc. Por su parte, la sensibilidad va resultando de ese conocimiento adquirido del paisaje, tanto si es científico como bucólico, el cual permite otorgarle una gran diversidad de valoraciones que, a su vez, están ligadas de manera estrecha al sistema de valores de las comunidades humanas que ocupan o participan de tales paisajes.

El paisaje se puede considerar como una supraestructura conspicua, mucho más compleja que las simples formas que son percibidas por el ser humano, ya que éstas constituyen apenas la manifestación externa de un sinnúmero de relaciones interdependientes en permanente dinamismo, las cuales se tejen a través de elementos y factores naturales, tales como el relieve, las rocas, el clima, el agua, los suelos, la vegetación y la fauna, en general con equilibrios bastante críticos y fáciles de alterar.

El entendimiento de esa supraestructura que constituye el paisaje, concebido como un todo armónico, requiere tanto de conocimientos (ciencia) como de sensibilidad. El primero facilita el entendimiento de los componentes estructurales del paisaje, así como de su génesis y ordenamiento natural, para producir aquellas expresiones físicas representadas en geoformas, ríos, bosques, praderas, etc. Por su parte, la sensibilidad va resultando de ese conocimiento adquirido del paisaje, tanto si es científico como bucólico, el cual permite otorgarle una gran diversidad de valoraciones que, a su vez, están ligadas de manera estrecha al sistema de valores de las comunidades humanas que ocupan o participan de tales paisajes.

Hoy por hoy, el paisaje es considerado como un importante recurso natural y como parte del patrimonio cultural del hombre, debido a su mayor valoración actual y por la disminución al cual ha sido sometido por la secular alteración antrópica, unas veces por aumento de su influjo, en tanto que otras, por cambio del tipo de acción y también por abandono o cesación.. El manejo ambiental del paisaje interesa, para el caso particular, por su estrecha correlación con los contenidos y objetivos perseguidos por el plan de restauración, ya que como se vio de manera previa, no se tratará únicamente de restablecer formas, sino de producir aquellas que sean coherentes con los elementos y factores predominantes del medio, como modeladores del paisaje.

 

FUENTES DE IMPACTO VISUAL

Los impactos visuales ocasionados por los proyectos de MCCA están relacionados con las modificaciones fisiográficas del relieve, provocadas por la excavación de grandes huecos, creación de escombreras, pilas de suelo, vías de acceso, vías de intercomunicación, canales perimetrales, manejo de la red de drenaje. Además de las anteriores, la infraestructura de soporte genera también impactos visuales. De acuerdo con el origen y fuentes de generación, los impactos visuales pueden originarse en: áreas de excavación; escombreras; instalaciones fijas; equipos móviles y polución del agua y del aire.

El impacto visual que se presenta en las áreas de excavación está determinado por el método de explotación seleccionado y su seguimiento riguroso, las características paisajísticas del entorno inmediato a la explotación y, el tamaño del hueco. Sin embargo, parece ser más importante el seguimiento riguroso del plan minero y el método de explotación que el mismo tamaño del hueco, ya que se pueden encontrar explotaciones pequeñas sin ningún tipo de diseño que resultan mucho más agresivas que otras de gran tamaño con un buen desarrollo.

De todas maneras, un hueco artificial, normalmente de grandes proporciones, impacta la visual de cualquier observador, aún cuando éstos no sean agresivos a la vista. La introducción de una forma nueva de relieve, de por sí, rompe con la armonía paisajística del entorno.

Dependiendo del plan de minería, del método de explotación y del método de construcción de las escombreras, será posible minimizar el impacto visual causado por éstas. En cuanto así lo permitan las condiciones del proyecto, se procederá a restituir las formas del relieve originales desde las fases tempranas de producción, o, por el contrario, las modificaciones fisiográficas tenderán a permanecer por largo tiempo, con lo cual podría presentarse un efecto negativo, si el manejo de las escombreras fuera aleatorio , o, positivo, si la implementación de las escombreras estuviera de acuerdo con el plan de restauración, en cuyo caso, el observador se adaptaría a la incorporación de esa nueva fisiografía.

Por su naturaleza, son elementos nuevos que se incorporan al paisaje. La planta procesadora de carbón (clasificación y trituración del carbón), la planta de energización del proyecto, la estación de combustibles, el polvorín, los talleres, las oficinas y el campamento deberán ser objeto de un diseño y construcción tales que su incorporación al entorno no resulte agresivo para los observadores. El diseño arquitectónico, los materiales de construcción, el ocultamiento y el emplazamiento armonioso de tales instalaciones, deberá ser estudiado en forma cuidadosa, para minimizar el impacto visual causado por ellos.

Por sus dimensiones y gran colorido, los equipos de minería deberán ubicarse en estacionamientos ocultos a la vista y, en ningún caso, deberán dejarse abandonados en inmediaciones del proyecto minero.

La emisión de material partículado a la atmósfera, tanto de estéril como de carbón, así como la alteración del color y la turbiedad de los cuerpos de agua superficial, producen un importante impacto visual. De igual forma, paredes de los tajos y escombreras en ignición, aparte de producir gases molestos y nocivos, producen también impactos visuales.

 

MEDIDAS DE MANEJO DEL IMPACTO VISUAL

La implementación de técnicas o de medidas conducentes al manejo del impacto visual producido por las explotaciones de MCCA, pueden ser previstas desde la fase de desarrollo de los proyectos mineros, a partir de la incorporación de los criterios citados en este capítulo, dentro de los planes de minería de largo, mediano y corto plazo, así como del plan de restauración correspondiente. Las medidas que pueden utilizarse para el manejo del impacto visual, fueron agrupadas en cuatro grupos principales, a saber: i) emplazamiento de instalaciones y escombreras, ii) ocultación y apantallamiento, iii) estrategia constructiva, iv) modelado de taludes y, v) modelado de escombreras.

Corresponde a criterios que deben incorporarse tanto al diseño de la mina, como al de la infraestructura de soporte del proyecto minero, al seleccionar estratégicamente el emplazamiento de las instalaciones y de las escombreras, con el fin de reducir el impacto visual que resulta de la creación de nuevas formas de relieve y de construcciones que contrastan seriamente con el entorno dominante. En la Tabla 2.11 se muestran las características más importantes de este tipo de medidas.

Tabla 2.11 Emplazamiento de instalaciones y escombreras

INSTALACIONES

ESCOMBRERAS

Emplazar las instalaciones más frecuentadas de la explotación en sitios que queden por fuera de la visual de visitantes o de moradores próximos.

Evitar que los elementos artificiales se destaquen en la línea del horizonte de las zonas más frecuentadas.

Implementar el retrollenado con el fin de emular el estado original del terreno y, por consiguiente, disminuir el impacto paisajístico; sin embargo, por su alto costo, en la práctica resulta bastante improbable su ejecución. En cuanto la disposición de los depósitos así lo permita, es deseable la utilización de este método.

Utilizar geoformas preexistentes tales como laderas, valles u otras depresiones naturales, con el fin de propiciar el ocultamiento de las escombreras.

Fuente: i) ¨Manual de restauración de terrenos y evaluación de impactos ambientales de minería¨. Instituto Tecnológico Geominero de España. Madrid, 1989., ii) ¨Obras de restauración en minería a cielo abierto¨. Jardó, S., en: ¨Restauración de suelos en minería a cielo abierto. Ordenación de zonas de montaña¨. Barcelona, 1985.

Este método puede aplicarse tanto en los tajos, como en las escombreras. Consiste básicamente en la instalación de pantallas visuales que minimizan la percepción de la zona ocular, tales como cordones de vegetación, depósitos de estériles dispuestos de tal forma que armonicen con el paisaje general, o mediante una combinación de los dos anteriores. En la tabla 2.12 se hace una breve descripción de este método.

Tabla 2.12 Ocultación y apantallamiento

TAJOS

ESCOMBRERAS

1. Los diques perimetrales que se construyen para el manejo de aguas de escorrentía pueden servir también para estos propósitos.

2. La capa vegetal que se remueva en los inicios de la explotación, puede extenderse sobre los taludes de los diques utilizados como pantalla.

3. Iniciar el descapote desde la cota mayor produce una mejor ocultación del tajo y brinda mejores posibilidades de tratar parcialmente los taludes, casi desde el comienzo de la explotación, al alcanzarse de una forma casi inmediata su situación de abandono, tal como se muestra en la Figura 6.24.

Se trata de crear formas del relieve o barreras con vegetación. Dentro del plan de restauración deberá preverse desde las fases tempranas de la operación, la formación de escombreras o de pilas de suelo, en sitios estratégicos, las cuales compatibilicen los criterios de espacio y economía para la operación, con los de utilización de los mismos para el proceso de restauración del paisaje.

Utilizar una combinación de materiales estériles y vegetación de especies nativas, en la medida de lo posible. El estéril, o si se prefiere, la capa vegetal, se puede disponer en forma de cordones o de caballones, tal como se muestra en la Figura 6. 25.

Fuente: i) ¨Manual de restauración de terrenos y evaluación de impactos ambientales de minería¨. Instituto Tecnológico Geominero de España. Madrid, 1989., ii) ¨Obras de restauración en minería a cielo abierto¨. Jardó, S., en: ¨Restauración de suelos en minería a cielo abierto. Ordenación de zonas de montaña¨. Barcelona, 1985.

Fig. 2.11 Apertura y dirección de avance recomendadas con fines de ocultación

Para la construcción de edificaciones de los proyectos mineros, deberá utilizarse en lo posible diseños concordantes con las características propias del entorno, utilizando materiales y construcciones de arquitectura poco contrastante, tanto con el entorno biofísico, como cultural. Un buen criterio que puede utilizarse con estos fines, está relacionado con el aprovechamiento de las geoformas naturales. No obstante, este método deberá ser cotejado con otro tipo de criterios, no menos importantes para el emplazamiento de las instalaciones, tales como proximidad a frentes de trabajo, abastecimiento de agua y ausencia de depósitos minerales, por citar apenas unos pocos.

Si las condiciones del proyecto minero no permiten el llenado final de los tajos, deberá procederse por el modelado y estabilización de los taludes, para lograr una armonía morfológica acorde con el entorno fisiográfico y para facilitar la implantación de una cobertura vegetal sobre los mismos.

Esta actividad en particular, deberá preverse desde la fase de desarrollo del proyecto minero y, más específicamente, desde el diseño de los planes de minería (largo y mediano plazo) y la selección de los métodos de minería a implementar, por cuanto existe una estrecha correlación entre la altura de los bancos, las vías de acceso y la geometría final de los tajos y la consiguiente restauración de terrenos.

El modelado de taludes requiere de un manejo diferente, bien se trate de zonas secas o de zonas húmedas. El régimen de precipitaciones y el régimen de radiación solar son, entre otros, factores que influyen en el tratamiento de los taludes. En la Tabla 2.13 se muestran las principales acciones que pueden implementarse para el modelado de los taludes.

Tabla 2.13 Modelado de taludes

ACTIVIDADES

1. El modelado de los taludes es una función de las condiciones de estabilidad, tipo y dimensiones del frente, disponibilidad de materiales de relleno y propiedades de estos.

2. La restauración y tratamiento de los taludes finales es más sencilla de realizar, si éstos fueron desarrollados por sistema de banqueo; entre otras razones, porque el alcance del equipo de cargue permite un mejor saneo y limpieza de los frentes, durante la operación.

3. En muchos, casos es conveniente disminuir la pendiente del talud general de las explotaciones, o al menos la de los bancos, dejando pequeñas bermas sobre las cuales se acumula material fino y fragmentado, el cual facilita la revegetalización de estas superficies.

4. Los taludes banqueados presentan mayores posibilidades de recuperación que los de frente único. La implantación de la vegetación en las bermas ayuda a romper la continuidad y uniformidad del talud, mejorando su apariencia.

5.Cuando se dispone de materiales estériles de la propia explotación, es posible efectuar un relleno parcial de los frentes para conseguir un perfil del terreno suave y extender sobre ellos la capa de tierra vegetal.

6. En los taludes únicos en roca, de grandes dimensiones, es posible realizar voladuras controladas en puntos estratégicos para crear unos frentes de menor pendiente, al pie de los mismos, y pequeñas irregularidades en sus partes altas que mejoren la textura y apariencia natural. Las discontinuidades producidas por las voladuras formarán pequeños salientes o repisas, que permitirán la acumulación de los finos y una implantación más fácil de vegetación.

Fuente: ¨Manual de restauración de terrenos y evaluación de impactos ambientales de minería¨. Instituto Tecnológico Geominero de España. Madrid, 1989.

 

El modelado de las escombreras aparte de perseguir la generación de geoformas nuevas que armonicen con la fisiografía circundante, deberá procurarse que sea razonablemente apto para el establecimiento de suelo y la creación posterior de una nueva cobertura vegetal.

La configuración final del terreno debe conciliar criterios de carácter geológico, topográfico, geotécnico, estético y económico, para lo cual será necesario buscar un equilibrio que permita que la operación minera y la restauración sean compatibles desde el punto de vista económico, que el paisaje final sea coherente con las condiciones físico-ambientales dominantes, con el fin de que el relieve final resulte estructuralmente estable y que minimice los riesgos de deslizamiento o colapso de los taludes y facilite el restablecimiento del drenaje natural del agua superficial.

En la actualidad, aparte de las consideraciones de tipo morfológico, son también importantes los criterios de carácter ambiental para el modelado final de las escombreras. Para el efecto, se han establecido algunas premisas basadas en ciertos principios ópticos, a través de las cuales se puede lograr una disminución del impacto visual y un manejo paisajístico de las escombreras . En la Tabla 6. XXV se describen las citadas premisas.

En la etapa inicial del estudio del medio físico se deben identificar los rasgos característicos del paisaje circundante al lugar ocupado por los depósitos estériles, pues en la construcción y modelado de éstos debe intentarse reproducir las formas naturales de las estructuras geológicas para alcanzar una mayor integración paisajística.

Tabla 2.14 Modelado de escombreras

CRITERIOS AMBIENTALES PARA EL MODELADO DE ESCOMBRERAS
1.En virtud de que el ojo humano percibe más las dimensiones verticales que las horizontales, es aconsejable darle a las escombreras una forma alargada y de poca altura, en lugar de que sea corta y alta.

2. La distribución del material sobre una ladera en pendiente hace que en la parte más alejada del observador se aprecie una menor masa aparente.

3. La altura de las escombreras no deberá sobrepasar la cota altitudinal del entorno para que así no se destaque en la línea del horizonte.

4. Las líneas curvas sobre superficies suaves producen una intrusión visual menor que las líneas y cortes rectos sobre superficies planas, que no hacen sino acentuar formas y volúmenes.

5. Las litologías con colores fuertes y llamativos intensifican y agravan las sensaciones ópticas de los observadores, al contrastar con el colorido suave y vistosidad natural de suelos y vegetación.

Fuente: ¨Manual de restauración de terrenos y evaluación de impactos ambientales de minería¨. Instituto Tecnológico Geominero de España. Madrid, 1989.

Fig. 2.12 Procedimiento sugerido para el manejo del paisaje


MEDIDAS DE MANEJO AMBIENTAL

FASE DE ABANDONO

 

2.10 RESTAURACIÓN

Si bien en esta Guía, la restauración aparece dentro de la fase de abandono de la explotación, es preciso tener en cuenta que el proceso de restauración se inicia desde las fases tempranas de la planeación minera, al integrarse a ella, con el diseño simultáneo del Plan de restauración. Con ello se busca que, en la medida en que se va alterando el medio biofísico para darle paso a la extracción de carbón, se prevea un manejo ambiental adecuado de vías de acceso, materiales estériles, escorrentía superficial, suelos, vegetación e infraestructura de soporte, etc., con miras a las labores de restauración.

Por la complejidad de sus características y por la magnitud de los impactos producidos por la MCCA, la restauración de terrenos intervenidos por ésta, sólo será posible mediante la ejecución de un proceso cuidadosamente planificado mediante el cual se pueda actuar de manera anticipada y certera. La planificación con fines de restauración consiste en la evaluación sistemática del potencial del medio natural, de las alternativas de su aprovechamiento, y de las condiciones socio-económicas y culturales que han de guiar su ejecución. Un adecuado Plan de restauración deberá ser elaborado e incorporado al proyecto minero desde su fase de desarrollo (ver Ciclo de los proyectos mineros) y deberá ejecutarse de manera consecuente con el Plan de Manejo Ambiental y la implementación del Sistema de Gestión Ambiental.

El concepto de restauración utilizado, hace referencia a la recuperación de tierras con fines de uso específico, la restitución del paisaje y el restablecimiento de unas condiciones ecosistémicas que permitan que el área intervenida vuelva a ser habitable para las especies vegetales y animales anteriormente presentes y con una composición relativa similar a la original, cuando se llegue al final del proceso.

Por su parte, el concepto de tierra, abarca no solamente el elemento suelo como tal, sino también las características del entorno biofísico y socioeconómico en donde éste se encuentra. Con esta acepción se pretende diferenciar los conceptos de suelo y de tierra, al otorgarle al segundo, la connotación mediante la cual el suelo se constituye en recurso, es decir, cuando es objeto de uso y, por lo tanto, es sometido a prácticas culturales, ligadas a la oferta medio ambiental del área en donde éste se encuentre y al patrón de uso que es propio de las condiciones socioeconómicas y culturales prevalentes.

La base de un plan de restauración se encuentra tanto en el conocimiento que se tenga del medio biofísico, socioeconómico y cultural del área en donde se vaya a actuar, como también, en la existencia y seguimiento riguroso de un plan de minería. Si, por ejemplo, las alteraciones finales del terreno no son previstas desde un comienzo, es posible que las actividades de restauración sean casi imposibles de ejecutar, debido a sus altos costos. Por esta razón, las modificaciones del terreno deben ser lo suficientemente estudiadas en forma prospectiva y de acuerdo con la investigación preliminar de la explotación y los planes de minería a ser ejecutados.

 

2.10.1 Diseño del plan de restauración

OBJETIVOS

Deberán fijarse aquellos objetivos que consulten las aspiraciones de quienes van a usufructuar las tierras en la fase post-minera, así como las expectativas de las autoridades gubernamentales de diferente orden, conjuntamente con la racionalidad ambiental de quien tuvo los derechos de explotación de los yacimientos mineros.

 

ASPECTOS LEGALES

Comprende una revisión detallada de todas aquellas normas legales que tienen relación con la restauración de terrenos intervenidos por actividades mineras, así como también con la conservación del medio ambiente para actividades extractivas y la asignación de usos de la tierra en procesos de ocupación territorial dirigidos por entes gubernamentales. De igual forma, deberán invocarse todos aquellos preceptos legales que obligan a los propietarios de los proyectos mineros a realizar las actividades de restauración de terrenos intervenidos por MCCA.

 

PLANES LOCALES Y/O REGIONALES

Deberá establecerse con certeza, si existen o no, planes de desarrollo, planes de uso del suelo o planes de ordenamiento territorial del área que se precisa restaurar. En caso de que existan, la evaluación de alternativas de uso de la tierra deberá realizarse de manera consecuente con lo estipulado en tales planes. De no existir, las recomendaciones de uso de la tierra procederán de acuerdo con lo propuesto en la siguiente metodología de estudio.

 

ESTUDIOS BÁSICOS

Comprende el estudio ecosistémico del área en donde está emplazado el proyecto minero. Pretende mostrar la estructura y funcionamiento del paisaje, basado en el análisis de sus componentes básicos y de aquellos factores que influyen en sus interrelaciones. Consta de tres estudios básicos: medio biofísico, medio socioeconómico y aspectos culturales.

Fig. 2.13 Integración de la planeación minera con los usos de la tierra y la restauración de terrenos

FUENTE: "Surface Mining". 2vd ed. Kennedy, B. Society for Mining, Metallurgy and Exploration, Inc. Littleton, Colorado, 1990

ESTUDIO DEL MEDIO BIOFÍSICO

Objetivo

Con base en este estudio se persigue el establecimiento de las condiciones físico-naturales de la zona objeto de estudio, describiendo las características de sus principales componentes, los factores que influyen sobre su ocurrencia y comportamiento y, finalmente, las interrelaciones que se dan entre éstos, para poder entender su funcionamiento como un sistema ecológico regional. Generalmente, este estudio hace parte de la línea base de las áreas donde se localizan los proyectos mineros y está integrado al Estudio de Impacto Ambiental (EIA). En caso de que éste no existiera, deberá procederse por su elaboración.

 

Contenido

A continuación se presenta una descripción de los principales aspectos que, en consecuencia, deben ser estudiados

Geología

Los aspectos relacionados con las características del yacimiento, tales como posición, profundidad, espesor, estratigrafía, etc., son básicos para la evaluación de alternativas de aprovechamiento del mineral, la estabilidad de taludes , y para las labores de restauración. De igual forma, la naturaleza química de los estériles deberá ser objeto de estudio, para determinar su potencial de contaminación.

Geomorfología

Define el ambiente fisiográfico en donde se originaron las formas de relieve actual, haciendo énfasis en la interacción de aquellos factores que influenciaron su morfogénesis, tales como el clima, la vegetación, los suelos, escorrentía superficial, la tectónica, orogenia, etc., así como también los procesos erosivos actuales y potenciales. Interesa para las actividades de restauración, porque permite orientar las formas del modelado final del terreno y la configuración del paisaje en general, para garantizar que éste sea consecuente con las formas originales del terreno. Su estudio comprende las Formas del terreno y su génesis y un análisis de Pendientes (forma, longitud y exposición).

Clima

Deberá proveerse la información necesaria para la caracterización local y regional del clima, así como para la clasificación climática del área en donde está emplazada la explotación. En lo particular, interesa contar con la información meteorológica de aquellos parámetros que tienen incidencia en los requerimientos ecofisiológicos de las plantas, tales como los que se describen a continuación:

Precipitación

Constituye un factor de gran importancia para los procesos de restauración de terreno. El estudio del régimen de lluvias (distribución espacial y temporal), el análisis de la intensidad, frecuencia y duración de las lluvias y, consecuentemente, el establecimiento de balances hídricos, resulta de gran interés para el planeamiento de las actividades de restablecimiento de la cubierta vegetal (revegetación) y de las obras para la defensa contra la erosión. Deberá ser estudiado con base en registros históricos lo más extensos posibles y los análisis, deberán realizarse para períodos de retorno de mínimo diez años.

Temperatura

Afecta la duración del período de crecimiento de la vegetación y la evapotranspiración potencial. Es fundamental para la clasificación climática, así como para la definición de los tipos de aprovechamiento de la tierra que pueden ser evaluados para cada área en particular.

Humedad atmosférica

En la atmósfera siempre existe vapor de agua, aún cuando esté presente en mínimas cantidades. La humedad atmosférica absorbe muy fácilmente las radiaciones solares, por lo tanto el aire húmedo se calienta más que el seco. Su importancia agrícola está en que regula la desecación de los suelos, influye en la velocidad de transpiración de las plantas y provoca o no la aparición de plagas y enfermedades.

Evapotranspiración

Hace referencia a la evaporación del agua que alcanza la superficie terrestre y a la transpiración de las plantas. En zonas áridas las plantas podrán utilizar teóricamente toda la precipitación, no perdiéndose nada por drenaje interno. El agua que sobrepasa la zona radicular ya no podrá ser aprovechada por las plantas, pero luego aparecerá incrementando flujos superficiales o subterráneos. La evapotranspiración real es una función, tanto de factores climáticos, como del tipo de cobertura vegetal, los cuales, en conjunto, definen la porción de agua que alcanza a percolar.

Balance hídrico

Para determinar la disponibilidad de agua en el suelo, es necesario realizar una suma algebraica de las entradas y salidas de agua del suelo, a través de un balance hídrico (BH):

 

BH = P + S1 - E - S2 - D , en donde

P = Precipitación

S1 = Escorrentía superficial

S2 = Infiltración

E = Evapotranspiración

D = Exceso de agua que percola

 

Hidrología

Interesa conocer tanto el comportamiento del agua superficial como sus modificaciones, así como también la calidad del agua en el área del proyecto minero, a lo largo del período de explotación. La disponibilidad de agua por escorrentía superficial y la readecuación de la red de drenaje son aspectos de gran importancia dentro del Plan de restauración. Se deberá estudiar de manera particular, además del Patrón de drenaje superficial, los siguientes aspectos adicionales:

Infiltración

Es un parámetro de gran importancia para definir, dentro del balance hídrico, la porción de agua que alcanza las capas freáticas, como también aquella que alimenta la escorrentía superficial. Influyen en ésta, la pendiente del terreno, las propiedades físicas del suelo (textura, estructura, porosidad), la cobertura vegetal y la intensidad y duración de las lluvias.

En la mayoría de los casos, la capa vegetal esparcida sobre material estéril, posee una conductividad hidráulica a saturación menor que la capa subyacente, en cuyo caso la infiltración puede considerarse que solo depende de dicha capa superficial. No obstante, esta capa superficial al estar sujeta al impacto de las gotas de lluvia puede perder fácilmente su estructura superficial, pues las partículas más finas van formando una delgada capa que obstruye los poros y reduce drásticamente la capacidad de infiltración.

Escorrentía superficial

Se presenta cuando la precipitación excede la capacidad de infiltración del suelo. En muchos casos, la alteración de la superficie del suelo puede dar lugar a mayor escorrentía por haber disminuido la capacidad de infiltración y la resistencia hidráulica superficial. En tal caso, es probable que se produzcan en los cauces, caudales pico, anormalmente elevados.

Almacenamiento superficial

El suelo puede almacenar agua en su interior en forma no saturada, mantenida por fuerzas de atracción que se oponen a la gravedad, o en forma saturada, cuando alguna capa impermeable impide la acción de las fuerzas gravitatorias.

En zonas de baja precipitación se puede seguir la técnica agronómica de reducir la escorrentía por medio de surcos o terrazas, los cuales tienen una gran capacidad de almacenamiento en su período inicial, favoreciendo el establecimiento de la cobertura vegetal, pero perdiendo efectividad con el tiempo, debido a la erosión y al asentamiento del terreno.

Hidrogeología

Interesa conocer la existencia de acuíferos, sus características y capacidad de almacenamiento de agua, así como también la presencia y profundidad de la tabla de agua (nivel freático).

Suelos

Es de gran importancia para las labores de restauración, el determinar las clases de suelo que se van a manejar en desarrollo del proyecto minero. Sus propiedades físicas, sumadas a la características químicas y orgánicas son determinantes para la implantación de ciertos usos de la tierra, así como para el normal crecimiento y recuperación de la cobertura vegetal, cuando éstos se hacen presentes en condiciones óptimas; en caso de no ser así, como mínimo pueden indicar las necesidades de complemento o de suplemento con materiales externos para su mejoramiento.

Ecología terrestre

Interesa establecer para las condiciones previas a la explotación, los tipos de Uso y cobertura de la tierra, utilizando clasificaciones universales que faciliten su operacionalización en el proceso subsiguiente de evaluación de tierras. De igual forma, deberá elaborarse una Caracterización de la vegetación natural, señalando las formaciones vegetales presentes, su estructura y fisonomía, así como la identificación de requerimientos ecofisiológicos, con el fin de utilizar esta información en los procesos de selección de especies promisorias, durante las labores de restauración.

De igual forma, deberá hacerse una caracterización de la Fauna terrestre y de la Avifauna asociada, con el fin de preservar en cuanto sea posible, aquellas áreas relictuales que puedan sustraerse de las áreas de minería.

Ecología acuática

Como condiciones de línea base es deseable contar con estudios de Flora y Fauna acuáticas, los cuales servirán de referencia para la preservación de condiciones óptimas de hábitat, en los cuerpos de agua superficial.

 

ESTUDIO DEL MEDIO SOCIOECONÓMICO

Localización y acceso

Es importante conocer la ubicación geográfica del área de explotación, su extensión, su proximidad a núcleos poblacionales, centros urbanos, centros de abastecimiento y de mercado, centros financieros y de servicios, vías y medios que intercomunican el proyecto minero con estos centros. Deseable que estas características sean representadas en un mapa de escala adecuada. El emplazamiento de los proyectos mineros en proximidades de centros urbanos de un importante rol funcional, haría más promisorios los usos de la tierra que habrán de implantarse en la fase de restauración. Sin embargo, en algunos casos, si la cercanía a estos centros es muy próxima, la comunidad podría ejercer una gran presión sobre la entrada en operación y desarrollo de la explotación.

Población

Se realizará un estudio de la población dispersa y de la población nucleada asentada en el área de influencia mediata e inmediata del proyecto minero. A ésta le serán estudiadas sus características demográficas tales como la dinámica poblacional y la composición por sexo y edad , así como sus características socioeconómicas y culturales: necesidades básicas insatisfechas, actividades económicas predominantes, alfabetismo y desempleo. La población constituye, por razones obvias, un factor determinante en la selección de los tipos de uso de la tierra a ser implantados dentro del plan de restauración.

Tenencia de la tierra

Deberá establecerse con claridad, cuáles son las formas de tenencia de la tierra prevalentes, con el fin de identificar con quién(es) deberá manejarse las condiciones contractuales y de negociación, no sólo para el desarrollo del proyecto minero, sino, lo que es más importante, para la implantación de usos de la tierra en terrenos restaurados, tratando de manejar los conflictos que den al traste con el proceso concertado que se ha de seguir para la selección e implantación de tales usos.

 

EVALUACIÓN DE TIERRAS

Las explotaciones de MCCA imponen cambios drásticos en los patrones de uso de la tierra, lo cual obliga a la implementación de procesos planificados para la adopción de nuevos tipos de utilización que armonicen con la oferta socio ambiental y cultural de las áreas en donde se emplazan los proyectos mineros, conservando los recursos para el usufructo de generaciones futuras.

En áreas intervenidas, será importante examinar qué tipos de usos de la tierra pueden ser prometedores como complemento del proceso de restauración propuesto.

La evaluación de tierras (FAO, 1976) es un esquema metodológico que permite orientar el análisis y la discusión acerca del referido examen.

Consiste básicamente en la comparación de las cualidades de la tierra (desagregadas por unidades espaciales homogéneas) representadas en características o conjunto de ellas que le dan valor intrínseco (p.e. humedad del suelo, oxígeno disponible en la rizosfera, pH, etc.), con los requerimientos ecofisiológicos de cada tipo de utilización de la tierra que ha sido seleccionado de manera previa y el cual se quiere evaluar para su posible adaptación a una o varias unidades de tierra.

En este sistema de evaluación de tierras, el tipo de uso de la tierra es tan importante para determinar la aptitud de la tierra, como la tierra misma. En tal sentido, la tierra deberá clasificarse sobre la base de su valor para un fin específico y, en un lugar dado, ya que no hay un valor de tierra absoluto y de aplicación universal.

Una unidad de tierra se comporta de manera diferente a otra que sea utilizada bajo un mismo tipo de uso, debido a que cada una de las unidades de tierra, tiene una serie de cualidades o características, que favorecen en mayor o menor grado el desarrollo de un determinado uso o tipo de utilización.

 

Un tipo de utilización de la tierra es una forma específica de utilizar la tierra, representada en un cultivo, un sistema de producción, una forma de aprovechamiento o una forma de ocupación determinadas. El proceso de selección deberá estar guiado por los usos actuales y anteriores, a los cuales han sido sometidas las tierras del área en donde se quiere actuar y, adicionalmente, deberán auscultarse alternativas para proponer tipos de utilización promisorios, en función de las condiciones socioambientales del área, y de las aplicaciones o experiencias que se hayan tenido en otras regiones de condiciones similares. Los tipos de utilización de la tierra que se pueden evaluar para el caso de la restauración de terrenos intervenidos por la MCCA son, entre otros: uso agrícola, forestal, recreativo, embalse y abastecimiento de agua, conservación de la naturaleza y relleno sanitario.

Uso agrícola

Los usos agrícolas que pueden ser evaluados para su implantación son: agrícola comercial, agroindustrial, pecuario extensivo y semiextensivo y agropecuario. Dependiendo de la zona en particular, se seleccionarán los cultivos que, con bastante probabilidad puedan tener un desarrollo óptimo, en cuanto la capa vegetal que ha de sustentarlos, cuente con las características básicas para facilitar su implantación. Tales características están relacionadas con la disponibilidad de nutrientes (N, P, K), materia orgánica, saturación de bases, capacidad de intercambio catiónico, saturación de aluminio y pH, disponibilidad de agua, disponibilidad de oxígeno, penetrabilidad de raíces (posibilidades de mecanización), riesgo de salinización, elementos tóxicos, resistencia a la erosión y posibilidades de uso de implementos agrícolas.

Es en esta fase donde se evidencia la importancia de la recuperación y tratamiento del suelo en pilas, así como también la implementación de parcelas de experimentación que permitan desarrollar estrategias para una óptima recuperación de la capa vegetal. Estas tierras almacenadas son ricas en arcillas y en materia orgánica y, por tanto, aptas para constituir un medio óptimo para el aprovechamiento agrícola, una vez colocadas o extendidas sobre las superficies dejadas por las explotaciones. El espesor mínimo que se recomienda es de unos 50 cm con el fin de que las máquinas agrícolas trabajen adecuadamente.

Fig. 2.14 Esquema de evaluación de tierras (FAO)

Uso Forestal

Para este tipo de utilización pueden evaluarse diversas alternativas. En primer lugar se encuentran los usos propiamente forestales tales como bosques protectores, productores o de recuperación y/o regeneración. En segundo lugar, se encuentran tipos de utilización combinados como el agrosilvicultural (cultivos y bosques), agrosilvopastoril (bosque, rastrojo, cultivos y pastos) y, silvopastoril (pasturas combinadas con bosques y rastrojos).

Este tipo de utilización está menos extendido que el agrícola, y aunque generalmente más costoso, en ocasiones puede resultar más económico que el uso agrícola, pudiendo ser una buena alternativa en aquellas tierras de peor calidad, en donde no es posible llevar a cabo el mencionado uso. No obstante, su rentabilidad es más baja y los resultados a más largo plazo.

Es recomendable implementar reforestaciones en superficies superiores a 0,25 ha, y puede llevarse a cabo en suelos de baja fertilidad y con presencia de pedregosidad. Los pH bajos, la falta de nutrientes, el exceso de metales tóxicos y la compactación del sustrato pueden limitar su crecimiento. Se requiere que los suelos tengan facilidades para la retención del agua necesaria para las especies arbóreas y el desarrollo de sus raíces, así como una buena disponibilidad de nutrientes.

Uso recreativo pasivo

En ocasiones es posible encontrar lugares con características geológicas que quedan expuestas al cabo de las explotaciones, las cuales presentan singularidades relevantes, tales como pliegues, cabalgamientos, fallas, con litologías especiales, valores arqueológicos y ecológicos que pueden utilizarse con fines educativos e incluso científicos.

Si las condiciones biofísicas y socioculturales, así como la extensión de los terrenos abandonados lo permiten, se pueden adecuar zonas de parque, estanques piscícolas, áreas de esparcimiento, zonas de camping, embarcaderos, pistas de equitación y otros servicios que pueden ser estudiados dentro de la evaluación de tierras.

La construcción de parques acuáticos requiere la preparación de los huecos, tanto en la forma como en los taludes de sus márgenes y en la profundidad. con el objeto de crear un hábitat idóneo para el establecimiento de la vegetación, de la fauna piscícola y de las aves acuáticas.

Embalse y abastecimiento de agua

Los huecos profundos dejados por las explotaciones de MCCA pueden ser utilizados como depósitos para el almacenamiento de agua con diversos fines: regulación hidráulica, amortiguamiento de crecidas, navegación, riego, abastecimiento de agua para consumo humano, recarga de acuíferos, almacenamiento de energía, acuicultura y producción de biomasa.

Para cualquiera de los casos citados, deberá establecerse la oferta ambiental expresada en cualidades y características de los cuerpos de agua, así como la demanda ambiental representada en los requerimientos de cada uno de los usos propuestos, para su posterior evaluación, de acuerdo con el esquema propuesto en la presente Guía.

Conservación de la naturaleza

Si bien con el desarrollo de las explotaciones mineras las especies animales tienden por lo general a migrar, es importante destacar en este acápite la necesidad de conservar durante la fase de operación, relictos de bosque o refugios de fauna que, con seguridad, en la fase de abandono de los proyectos, van a volver a ser ocupados, tanto por especies nuevas como por especies endémicas que retornarían a su hábitat natural. Si bien impredecible este hecho, lo único cierto es que, una vez se terminen las explotaciones, se debe esperar un repoblamiento animal y vegetal de la zona, obviamente ayudado con la intervención del hombre, a través de la recuperación de la cobertura vegetal y la implementación de usos diferentes de la tierra.

Además de la conservación de relictos de fauna y flora, el proceso de repoblamiento de hábitats puede verse favorecido mediante la introducción ¨artificial¨ de un conjunto de especies pioneras, adecuadamente seleccionadas para que inicien la sucesión vegetal, o mediante el establecimiento desde el principio de una población muy diversa, procurando en todos los casos la creación de lugares de sombra y de abrigo, fuentes de alimentación y láminas de agua.

Los procesos de colonización natural por diversas especies voluntarias en los antiguos terrenos ocupados por explotaciones mineras confieren a éstos, al cabo de un cierto tiempo, un potencial ecológico importante. La colonización natural por la vegetación se produce generalmente cuando existe una fuente de semillas próxima, y éstas son transportadas y diseminadas por la acción del viento, o a mayores distancias por los excrementos que depositan los pájaros y pequeños mamíferos después de ingerir ciertos vegetales.

La intervención voluntaria del hombre favorece el restablecimiento de la vegetación autóctona más rápidamente que por regeneración natural, facilitando inclusive, la armonización con el entorno, y creando un hábitat para la fauna e incluso restaurando la flora local. Cuanto mayor variedad de especies vegetales haya, mayor diversidad de fauna podrá encontrarse, aún cuando uno de los principales limitantes para inducir el repoblamiento vegetal, sea la disponibilidad de semillas de especies vegetales autóctonas.

Relleno de residuos sólidos

Este tipo de utilización es muy generalizado para los huecos dejados por las explotaciones de MCCA, al depositarse en ellos residuos sólidos domésticos, residuos sólidos industriales o escombros. Estos rellenos requieren de diseño y operación ingenieriles y para su implementación es necesaria la elaboración de estudios hidrogeológicos, climáticos, topográficos y socioculturales, entre otros. En función de la permeabilidad de los materiales subyacentes, será necesario evaluar la necesidad de impermeabilizar la base y los taludes finales de los huecos, para evitar la contaminación de los depósitos de agua subterránea y, en todos los casos, deberá disponerse de un sistema de drenaje tanto interno como superficial.

En algunos casos será preciso estudiar la instalación de chimeneas para la evacuación de gases producidos, por ejemplo, durante la digestión anaerobia de la materia orgánica contenida en los residuos sólidos domésticos.

La producción de gases como el metano, vapor de agua, oxígeno y nitrógeno, son algunas de las opciones que aporta el aprovechamiento de los residuos sólidos domésticos. El gas depurado puede emplearse en la alimentación de generadores eléctricos, en motores térmicos de gas pobre, en el sector industrial y agrícola, o simplemente introduciéndolos en la red domiciliaria de gas natural.

En la Tabla 2.15 se presentan algunos de los requerimientos de los tipos de utilización de la tierra previamente descritos, así como también las medidas de manejo que pueden implementarse para facilitar su introducción dentro del proceso de restauración.

Tabla 2.15 Tipos de uso de la tierra, requerimientos y medidas de manejo

TIPO DE USO REQUERIMIENTOS (*) SOLUCIONES
AGRÍCOLA 1. Huecos de excavación grandes y poco profundos

2. Limitaciones:

a)Químicas: acidez/alcalinidad, nutrientes y toxicidad.

b) Físicas:

- Pedregosidad > 15%, imposible el uso agrícola

- Pendiente: < 15o pastizal.

< 5o cultivos arables.

- Disponibilidad de agua.

- Riesgo de erosión.

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Añadir materia orgánica

Adicionar caliza para corregir acidez

Aportar elementos finos

Disminuír la pendiente

Mejorar el drenaje

Establecer la vegetación

FORESTAL 1. No se precisan suelos de gran fertilidad.

2. Limitación en taludes con pendientes > 70% (35o).

3. Superficies de cierta extensión (> 0,25 ha).

4. Espesor del suelo y subsuelo para su implantación, diferente según la especie.

Añadir materia orgánica.

Añadir elementos finos.

Posible aportación de nutrientes.

Buen drenaje.

Modificar pendiente si es necesario.

Establecimiento de la cobertura vegetal.

RECREATIVO PASIVO 1. Estabilidad de los taludes

2. Retirada de elementos que puedan dar lugar a accidentes.

3. El uso recreativo no intensivo y educacional requiere grandes superficies, que pueden sobrepasar las 10 ha en muchos casos.

4. Localización: cerca de núcleos urbanos y rurales.

Remodelado del terreno.

Corrección de pendientes.

Medidas estructurales si son necesarias.

Establecimiento de la cobertura vegetal.

EMBALSE Y ABASTECIMIENTO DE AGUA 1. Estudio del régimen hidrológico de la cuenca en donde se encuentre emplazada la explotación.

2.Caracterización de las aguas confinadas en los huecos.

3. Estudio de las necesidades de agua para riego (uso consuntivo), en función de los cultivos o de la vegetación que lo requiera.

4. Estudio de las necesidades de agua para consumo humano.

Readecuación del sistema de drenaje superficial, incorporando la lámina de agua de los huecos a éste.

Evaluación de alternativas de tratamiento de las aguas, de acuerdo con los usos a los cuales vaya a ser sometido el recurso.

CONSERVACIÓN DE LA NATURALEZA 1. Requerimientos mínimos, aunque es necesario un sustrato adecuado capaz de facilitar el crecimiento de la vegetación natural. Establecimiento de la cobertura vegetal.
RELLENO DE RESIDUOS SÓLIDOS 1. Estudio de la permeabilidad de los materiales rocosos.

2. Estudio de las características de los materiales a disponer.

3. Ubicación en lugares poco visibles.

4.Localización: cerca de núcleos urbanos e industriales.

Impermeabilización, cuando sea necesario.

Mejoramiento del drenaje interno y superficial.

Fuente: ¨Manual de restauración de terrenos y evaluación de impactos ambientales en minería¨. Instituto Tecnológico Geominero de España. 2a.Ed. España, 1989.

Los requerimientos que se presentan en esta tabla, apenas constituyen una pequeña parte de la totalidad que debe ser estudiada de manera sistemática, para su implementación dentro del proceso de Evaluación de Tierras propuesto en esta Guía.

 

La cualidad de la tierra es un atributo complejo de ella que determina de manera particular la respuesta de ésta, a los requerimientos de un tipo de utilización específico de la misma. Las cualidades pueden ser expresadas en términos de una característica o de un grupo de ellas que interactúan entre sí y determinan los atributos particulares de cada unidad de tierra.

Una característica es, por ejemplo, la posición morfológica, el piso bioclimático, régimen de lluvias, textura del suelo, etc. de una unidad de tierra en particular, en tanto que, una cualidad, puede estar representada por la fertilidad del suelo, la cual es una expresión integral del pH, saturación de aluminio, capacidad de intercambio catiónico, carbón orgánico y otros elementos más.

Con el fin de facilitar el análisis y de hacer más práctica la interpretación de los resultados, las características y cualidades de la tierra se han de referir a extensiones de terreno de tamaño variable ó unidades de tierra, las cuales resultan de una subdivisión sistemática del área en donde se vaya a actuar, en atención a criterios de orden fisiográfico, morfológico, litológico, climático y edafológico. Estas unidades y sus atributos, son representados en un mapa a escala adecuada.

Para el caso específico de los proyectos de MCCA, este estudio deberá ser elaborado de manera previa a las labores de minería (podría integrarse a la línea base del estudio de impacto ambiental), ya que con base en éste se podrá establecer la oferta de recursos del área a intervenir y se proveerá información útil para la definición de actividades de manejo y conservación de recursos (p.e. si es o no conveniente la recuperación y apilamiento de suelos, o, si por el contrario, los suelos apilados deberán ser sometidos a tal o cual práctica de manejo y conservación).

Fig. 2.14 Estrategia para la selección de usos de la tierra

Esto exigiría un monitoreo permanente de las condiciones del suelo en pilas, así como en terrenos que ya hayan comenzado su proceso de recuperación de capa vegetal y, de igual forma, en aquellas parcelas de experimentación que se implementen con el fin de definir procedimientos de conservación y manejo más adecuados para el restablecimiento de la capa vegetal y la subsiguiente implantación de la cubierta vegetal.

 

Los requerimientos hacen referencia a aquellas condiciones agroecológicas, ambientales y socioculturales que deben poseer las diferentes unidades de tierra, con el fin de satisfacer las necesidades de adaptación a éstas, de un tipo de utilización específico. Estos requerimientos hacen referencia a cualidades de la tierra (grupo de características), expresadas en términos de: piso bioclimático, tipo de clima, posición morfológica, disponibilidad de nutrientes, disponibilidad de agua, disponibilidad de oxígeno, pH, posibilidades de mecanización, necesidades de mano de obra, necesidades de capital, infraestructura requerida, tecnologías requeridas, conocimientos técnicos, actitudes de los usuarios de las tierras, etc.

 

El concepto de aptitud utilizado, hace referencia a la adaptabilidad de un tipo determinado de tierras para un uso definido. La aptitud se determina al confrontar o medir el grado de acercamiento entre las cualidades de la tierra y los requerimientos de los tipos de utilización propuestos. El proceso de clasificación de aptitud de las tierras es la evaluación y agrupación de unidades de tierra específicas, en función de su aptitud para usos definidos.

Tal evaluación puede resultar en la definición de cuatro clases de aptitud: i) buena, ii) regular, iii) restringida y, iv) no apta. No obstante, de acuerdo con la información disponible para la evaluación y el grado de ¨refinamiento¨ que se quiera lograr, puede manejarse la siguiente clasificación:

 

Prospección de escenarios

Objetivo

La prospección es una fase análitica en la cual se busca generar escenarios alternativos de usos de la tierra, basado en el auscultamiento de situaciones o factores que pudieran influir en la adopción y desarrollo de los tipos de utilización de la tierra evaluados. Podría decirse que este análisis corresponde a un ¨refinamiento¨ sistemático del resultado obtenido en la evaluación de tierras, al considerar aspectos que faciliten el acuerdo, en relación con la implementación de los tipos de usos de la tierra evaluados. Este proceso conlleva la participación de los actores sociales del área de influencia de los proyectos mineros y sus conceptos y disquisiciones son ponderados de manera semi-cuantitativa y sopesados dentro de una categorización elaborada, para finalmente, definir las mejores opciones de uso de la tierra.

 

Esquemas de uso de la tierra

Estos esquemas corresponden al ¨diseño¨ de los escenarios obtenidos como producto del análisis prospectivo. Deberán estar representados cartográficamente, en planos a escala adecuada y, así mismo, estarán acompañados de aquellas condiciones normativas, políticas, técnicas y financieras que harán viable su materialización.

 

Actividades operativas para la restauración

En la Tabla 2.16 se hace una breve descripción de la secuencia operativa a seguir para la restauración de terrenos intervenidos por la minería. Los primeros cinco procesos que se presentan son comunes a cualquier tipo de utilización de la tierra que se quiera implementar (v.gr. recreativo pasivo, embalse y abastecimiento de agua); sin embargo, los otros tres procesos fueron incluídos para ilustrar únicamente las acciones que han de seguirse para la implementación de un tipo de uso agrícola o forestal.

De todos modos, para cualquier tipo de utilización de la tierra que se pretenda implementar, deberá formularse un proyecto específico con las particularidades que conlleva cada caso en particular.

Tabla 2.16 Actividades operativas para la restauración

PROCESO

DISEÑO

EJECUCIÓN

1.REGISTRO HIDROCLIMATOLÓGICO   Instalar una estación climatológica desde la fase de desarrollo del proyecto minero, dotada con instrumentos que permitan el registro, de por lo menos, los siguientes parámetros meteorológicos: precipitación, temperatura, radiación solar, evaporación, humedad relativa, dirección y velocidad del viento.

En las corrientes de agua superficial, de donde se capte agua o se realicen vertimientos autorizados, deberán instalarse estaciones hidrométricas.

2. MODELAMIENTO DE FORMAS 1. Prospesctar diferentes modelados del terreno (morfología), para cuando finalicen las actividades de explotación.

2.Proyectar las necesidades de material, en cantidad y calidad requeridas, para alcanzar la morfología deseada.

3. Determinar la geometría de los taludes para que se cumplan las condiciones de estabilidad y, así, evitar riesgos de movimientos en masa, o de desprendimientos de material.

Desarrollar las escombreras de acuerdo con el diseño preestablecido.

Declarar el cierre de las escombreras, cuando se haya llegado al límite de diseño.

Suavizar la pendiente de los taludes.

Reducir la longitud de los taludes con el fin de disminuír la escorrentía y la erosión.

Hacer un terraceo sobre curvas de nivel.

3. ESTABILIZACIÓN DE FORMAS 1. Diseñar pendiente y longitud de los taludes de escombreras y otras superficies alteradas por la minería

2.Diseñar obras para el tratamiento de taludes, en función de la geometría final de éstos.

Sembrar especies forrajeras sobre las terrazas previamente construídas.

Construír zanjas de coronación.

Construír barreras vivas, trinchos, muros de contención o gaviones, para la estabilización de los taludes.

4. ADECUACIÓN DEL DRENAJE SUPERFICIAL 1. Establecer un modelo de la escorrentía supeficial y subsuperficial del área a ser intervenida por la minería.

2. Diseñar la red final de drenaje superficial, de acuerdo con un modelo del terreno post-minero.

Construír diques, canales y desvíos, de acuerdo con el diseño del sistema de drenaje final.
5. PREPARACIÓN DEL TERRENO 1. Evaluar las condiciones del material edáfico apilado para su inmediata utilización. Establecer medidas de mejoramiento del suelo, en función de sus características presentes y de los requerimientos de los tipos de utilización de la tierra a ser implementados (evaluación de tierras).

2. Definir el método para extender el material edáfico sobre las superficies desnudas o de material estéril.

Proporcionar al terreno un buen drenaje externo (numeral 4), e interno a través de la construcción de disipadores de energía y terrazas en contorno (numeral 2).

Descompactar el terreno (cuando se requiera) para facilitar el desarrollo de raíces, mediante ripado, subsolado o escarificación.

Extender una capa vegetal con el espesor adecuado, el cual está definido por la profundidad de raíces requerida por las especies seleccionadas para su siembra (30-40 cm es lo ideal).

Adicionar materiales que contribuyan al enriquecimiento de la materia orgánica del suelo, tales como abono orgánico, mulch (paja, cáscara de arroz, celulosa, aserrín, madera trozada), turba o residuos domésticos.

Adicionar fertilizantes inorgánicos cuando así se requiera.

Adicionar cal a los suelos con el fin de corregir la acidez del suelo. Con la adición de materia orgánica, fertilizantes, cal y fosfatos, se logra solucionar el problema de toxicidad por metales pesados (Cu, Pb, Ni, Zn, Hg, etc.).

6. PRODUCCIÓN DE MATERIAL VEGETAL EN VIVERO 1. Con base en los resultados de la evaluación de tierras, seleccionar las especies vegetales más promisorias para su implantación.

2.Estimar requerimientos de plántulas en función de la superficie de terrenos a restaurar por períodos preestablecidos.

3.Diseñar estrategias para la recolección y aprovisionamiento de semillas.

4. Diseñar un vivero para una producción de plántulas acorde con las necesidades de plantación.

5.Diseñar calendario de transplante y siembra.

 
7 PARCELAS DE EXPERIMENTACIÓN Se deberán diseñar parcelas de experimentación con diferentes extensiones, formas del terreno, tipo de material, tratamiento del terreno, capa vegetal a extender, mejoramientos, especies vegetales, sistemas de siembra, épocas de siembra, etc., con el fin de determinar en el mediano y corto plazo, las estrategias más apropiadas para la restauración de terrenos.  
8. IMPLEMENTACIÓN DE USOS DE LA TIERRA 1. Establecer un programa de siembra y/o plantación en función de las características del terreno restaurado y de los requerimientos ecofisiológicos de las especies a implantar, en el cual se incluya: métodos de s/p, época de s/p y, densidad de s/p.

2. Para todos los casos, incluídos los usos agrícola y forestal, deberán formularse proyectos sobre la base de los resultados de la evaluación de tierras, en el cual se incluya, por lo menos: objetivos, metas, estrategias, actividades, recursos, cronograma de ejecución y presupuesto.

 

Fuente: - ¨Manual de restauración de terrenos y evaluación de impactos ambientales en minería¨. Instituto Tecnológico Geominero de España. 2a.Ed. España, 1989.

¨Restauración de suelos en minería a cielo abierto, ordenación de zonas de montaña¨. Universidad Politécnica de Cataluña. Barcelona, España. 1984

¨Reclamation and Vegetative Restoration of Problem Soils and Disturbed Lands¨. Darrel Brown et. al. Noyes Data Corporation, U.S.A, 1986